En artículos anteriores hablaba de cómo el modelo de relación normativo que estaba en boga está decayendo. Nos encontramos en un momento que nos brinda la libertad de elegir con el precio que eso a su vez conlleva. Existen múltiples opciones entre las que podemos escoger y, además si nos ponemos creativxs, podemos generar muchas más.
Pero entonces, ¿cómo construimos el modelo que necesitamos para regular nuestros vínculos sexoafectivos?, ¿cómo nos hacemos este traje a medida?
¿Cómo construyo y cuido mis relaciones?
Sin duda, este nuevo camino va a requerir grandes dosis de autoconocimiento. Salir de lo conocido y del camino marcado requiere que tengamos la mente abierta y que estemos en contacto íntimo con nosotrxs. No nos va a ser muy útil funcionar desde el piloto automático.
Crear cosas nuevas requiere un trabajo en profundidad que, a su vez, requiere descender a las profundidades, lo que suele generar vértigo. En este descenso, la honestidad y la compasión con unx mismx al igual que la determinación van a ser grandes aliados.
Va a ser necesario comprendernos y responsabilizarnos de nuestras maneras de funcionar, de nuestras creencias y expectativas así como de nuestros miedos y exigencias entre otras cosas. Es importante también que estemos en contacto con nuestra sombra, con nuestras heridas, con nuestra neurosis. Y es que nuestras necesidades, nuestros deseos y nuestras decisiones están influenciadas por muchos factores, algunos luminosos y otros más oscuros, algunos conscientes y otros inconscientes.
Todo esto requiere grandes dosis de paciencia y de dedicación. No es tan sencillo conectar con las necesidades genuinas sin que además algunas de ellas puedan ser contradictorias, y encima conseguir que resulten compatibles con otra u otras personas.
Solo unx mismx puede saber quién es realmente y conocer qué necesita para amar y construir un vínculo amoroso compatible. Solo unx mismx puede saber cómo desea vivir su sexualidad.
A continuación voy a detallar algunas de las cosas que nos pueden ayudar en este viaje de autoconocimiento enfocado a construir nuestro propio modelo de relación de pareja:
♦ Un aspecto muy interesante a explorar es el modelo que recibimos en casa. En nuestro entorno familiar aprendimos a relacionarnos con los demás, aprendimos a amar y a ser amados. ¿Cómo fue la relación de pareja de nuestros padres? ¿Cómo nos demostraban su amor? No solo aprendimos de ellxs sino que, en ocasiones, nos dirigimos al mundo de la pareja tratando de serles fieles y tratando de contentarlxs.
♦ Revisa cómo han sido tus relaciones anteriores. ¿Qué funcionó para ti y qué no?, ¿qué aprendiste sobre ti mismx y sobre las relaciones?
♦ Considerar cuál es nuestro propósito vital y nuestros valores actuales puede sernos útil ya que orientaran nuestras prioridades. También es útil valorar hasta qué punto estos están determinados externamente (por la familia, el entorno, etc).
♦ Como vengo repitiendo, es muy importante revisar nuestras creencias y expectativas sobre el amor y sobre las relaciones de pareja. Poder discernir lo genuino en nosotros de los modelos sociales y familiares, así como poder acercar las idealizaciones a la realidad de carne y hueso.
♦ Conocer, aceptar y responsabilizarnos de nuestra individualidad erótica, de nuestros deseos sexuales, de la forma en la que deseamos expresarnos sexualmente.
♦ Aunque la experiencia es el pilar del autoconocimiento, también es útil informarse. Libros, charlas y tertulias. Conversaciones honestas con amigxs, hablando claramente de lo que sucede tras las puertas de nuestros hogares, pueden resultar realmente inspiradoras.
♦ Un proceso psicoterapéutico que potencie nuestra autoexploración.
¿Cómo construimos y cuidamos nuestras relaciones?
Obviamente, aunque es una parte muy importante, no se trata de un trabajo puramente individual. No podemos construir nuestro propio modelo únicamente con los esfuerzos de unx solx. Necesitaremos trabajar juntxs y cocrear, enfocarnos en un nosotrxs creativo.
Dado que somos un equipo, vamos a necesitar muchísima comunicación para poder ir tejiendo este traje y que resulte cómodo para lxs dos (en ocasiones, las relaciones generan situaciones que nos son incómodas y que a la vez impulsan nuestro crecimiento como personas y como pareja).
Para construir cualquier relación será necesario tener en cuenta el yo, el tú y el nosotrxs. Conocerme a mí mismx, que el otro se conozca, y que ambxs nos apoyemos y respetemos en este camino de autoconocimiento.
Necesitaremos desnudarnos internamente, compartir nuestra vulnerabilidad y generar espacios en los que podamos poner en común los aspectos de nuestra relación y cómo nos sentimos con todo ello.
Y estamos hablando de una comunicación de calidad. Una comunicación que busque la expresión de lo que soy y el entendimiento de lo que el otro es. Una comunicación respetuosa y empática con ambxs, que esté al servicio de la relación y con la que llegar a acuerdos en mutua consciencia.
Necesitaremos negociar, acordar, dejarnos influenciar por el otro, extender los límites del yo, renunciar a ciertas cosas, soltar muchas expectativas, aventurarnos a poner límites y a decir no. Necesitaremos evitar el complacer al otro para que nos quiera, el acomodarnos a todas sus demandas, el manipular para conseguir lo que queremos.
Es importante que en este camino no vayamos comparándonos con el resto de parejas ya que suele ser un juego muy peligroso. La gente suele ser poco honesta y transparente cuando habla del estado y calidad de sus relaciones y aunque lo fueran, las comparaciones siempre suelen conllevar perder la partida. No podemos compararnos con personas que simplemente son diferentes a nosotrxs y que seguramente necesiten cosas muy diferentes.
Cada unx tiene su camino, nunca vayas por el camino de otrx.
-Lorenzo Silva-
Asimismo, es importante que nunca demos por sentada nuestra relación y saber que cualquier cosa que diseñemos es libre de ser modificada, de renovarse, de adaptarse a nuevas circunstancias, a nuevos estados del yo. Aceptar la incertidumbre de la vida y sostenerla. Asumir que las relaciones vivas requieren de mucha presencia y consciencia.
Aprovechar las crisis para reestructurarnos
Una de las claves de nuestra supervivencia recae en nuestra capacidad de adaptación al medio. Lo mismo sucede con las relaciones de pareja que, como sistema vivo que son, necesitan ir adaptándose y transformándose con el paso del tiempo.
Las relaciones evolucionan a la par que lo hacen sus miembros, van pasando por diferentes etapas y ciclos, y en ocasiones atraviesan momentos difíciles, crisis organizativas en las que lo que había resultado válido y útil hasta el momento deja de serlo.
Cuando ocurren estos desequilibrios o crisis suelen existir dos caminos posibles. Reorganizarnos creativamente o el fin de la relación.
Las crisis pueden ser destructivas o transformadoras.
En este último caso podemos aprovechar para reconstruir y, por qué no, para reconstituir la relación. Renegociar el contrato y los pactos que definían nuestra relación. Sembrar semillas nuevas con la esperanza de que la relación rebrote y se regenere.
Durante estos momentos claves será importante hacer un proceso individual y conjunto como pareja. Que cada uno se revise y, a la vez, que no se corte la comunicación y no se retenga información importante para el equipo, ni que se bloquee la intimidad en la medida de lo posible.
Casi todos los que hemos estado en una relación, sabemos que nos esperan momentos de crisis, de choques, de aburrimiento, de desilusiones, etc. Sabemos de sobra que no va a ser para nada perfecto. También que, en muchas ocasiones, mantenernos firmes cuando parece que el barco se está hundiendo, aunque nos pueda resultar desagradable y doloroso, nos puede compensar con creces, individualmente y como equipo.
No obstante, no siempre tiene por qué ser la mejor opción. Muchas veces la relación ha llegado a un estancamiento tal o a una calidad del vínculo tan pobre que hay poco margen de maniobra. Esto, de nuevo, solo puede saberlo unx mismx. Además, una vez acabada la relación no tiene por qué disolverse el vínculo, sino que podemos transformar el modelo establecido en otro tipo de relación.
En realidad, no hay un único camino o modelo ideal de relación, sino más bien un único AMOR con mayúsculas que en múltiples rostros se manifiesta.
-José María Doria-
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