La masturbación sigue siendo un tema tabú. Imagina por un momento una reunión de amigxs. Alguien toma la palabra y relata con todo tipo de detalles los escarceos sexuales que vivió la noche anterior. Común, ¿cierto?

Ahora imagina por un segundo la misma escena pero, en esta ocasión, el/la susodichx atrae la atención de todxs para explicar la maravillosa noche que pasó dedicándose a erotizarse a sí mismx y cómo se llevó al orgasmo tres veces en cuestión de dos horas. ¿Te suena esta escena? A mí tampoco.

 

El tabú de la masturbación

Como decía, la masturbación sigue siendo tabú. Nuestra sociedad tiene poca consideración y en poca estima a las personas que se ven «supuestamente relegadas» a esta forma de expresión sexual.

Es cierto que hoy en día existe una gran industria de juguetería erótica enfocada al placer individual y que, sobre todo algunxs hombres, ocasionalmente, fanfarronean sobre sus experiencias autoeróticas. Ahora bien, ¿cuál es la imagen mental más frecuente que nos hacemos si esto sucede? Pajillerx, desesperadx, frustradx, viciosillx, etc.

 

45 años masturbándome y sigo sin tener fuerza en la mano.
-Billy Wilder-

 

No estoy diciendo que todo el mundo deba hablar sobre sus experiencias de autoestimulación. Comprendo que nuestra vida sexual, generalmente, la reservamos a nuestra intimidad.

Pero existe una tendencia aceptada a hablar sobre nuestra vida sexual acompañadxs como algo de lo que vanagloriarse y, por el contrario, nuestra sexualidad a solas parece ser algo de lo que es mejor avergonzarse y mantener en secreto.

La masturbación viene con un buen mochilón de censura y humillación a nivel histórico. Algo que resulta totalmente natural en muchas especies animales (incluyendo a nuestros amigos los bonobos con los que compartimos casi el 99% del genoma) lo hemos convertido en algo que puede generar mucha incomodidad.

Todavía mucha gente vive estas experiencias autoeróticas (si llega a experimentarlas) con ansiedad, vergüenza, culpabilidad y ocultismo.

 

Hacer el amor con unx mismx sigue siendo el secreto inconfesable de la sociedad.
-Betty Dodson-

 

En ciertas épocas pasadas se veía como algo grotesco reservado a gente de segunda, en la mayoría como algo inmoral y pecaminoso, en otras como un signo de inmadurez. También se ha asociado a múltiples enfermedades y consecuencias catastróficas: quedarse ciegx, volverse locx, erupciones de acné, etc. Todavía hoy en día, si pones masturb… (no hace falta más) en el buscador de Google lo primero que te sale es: -masturbación consecuencias-.

Por suerte, en pleno siglo XX, excelentes sexólogxs consiguieron sacar del armario este acto autoamoroso, normalizarlo, desmitificar sus riesgos y promulgar todos sus beneficios a diestro y siniestro.

 

¿Terminología inadecuada?

El mismo término masturbarse parece provenir del latín manu turbare o manu stuprare, cuyo significado se acercaría a turbarse, violar o forzarse con la mano. No sé a vosotrxs, pero a mí no me suena muy apetecible. Además, ha recibido muchos otros nombres dignos de quedar en el olvido, como vicio solitario, abusar de unx mismx, violencia manual, etc.

Por esta razón, hace un tiempo que prácticamente he dejado de utilizar este término. Me resulta algo desagradable. Tengo la sensación de que viene cargado de juicios morales y pecaminosos.

No obstante, he decidido referirme a él indistintamente a la vez que otros términos porque no estaría de más que normalicemos su significado y al fin y al cabo es con el que estamos familiarizadxs. (Y honestamente, a nivel de SEO y de buscadores en la red también me resulta más conveniente)

Veréis que me referiré también a la autoestimulación, al autoerotismo, a darse placer e incluso a hacerse el amor a unx mismx, ya que son términos más positivos, cargados de significado, que refuerzan lo beneficioso de esta experiencia sexual. Los taoístas denominan estas prácticas como cultivo en solitario.

 

¡No me diréis que no suenan mucho mejor!

 

En el siguiente artículo hablaré sobre algunos de los mitos y falsas creencias asociados al autoerotismo que siguen generando malestar, miedos y rechazo. Después continuaré con otros puntos de vista sobre sus beneficios y su importante vínculo con el amor propio. Y acabaré con algunos tips y propuestas para que explores diferentes formas de hacerte el amor de una forma más consciente.

 

 

Recomendación bibliográfica: La masturbación. Georgina Burgos.

 

»Puedes encontrar más información sobre cómo funciona un proceso terapéutico enfocado en la sexualidad aquí.

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